noviembre 14, 2009

Capítulo VII "Problemas, recuerdos y..."

La seguí hasta la sala, que era donde supuse estaba el problema. Al llegar me encontré a Jack haciendo todo un espectáculo, gritando cosas sin sentido al primero que le pasara por enfrente.
-Jack, basta por favor—dije acercándome a el y tratando de quitarle la bebida de las manos; bruscamente tiró de su brazo hacia atrás quedando así el vaso fuera de mi alcance. Lo sujeté por el brazo lo mas fuerte que pude, pero como si nada el logró zafarse de mi agarre y comenzó a reírse fuertemente, casi como un desquiciado.
-¿ahooora te importa como meee siento?—dijo con voz fuerte y claramente demasiado alcoholizada, haciéndose escuchar sobre todo el ruido; instantáneamente el lugar quedó en silencio y todos mirando hacia el lugar donde nos encontrábamos.
-¿de qué hablas? Siempre me has importado Jack eres mi amigo, pero eso no lo discutiré aquí, vamos—dije y lo tomé por el brazo nuevamente para ir a un lugar mas tranquilo, pero el volvió a zafar su brazo de mi agarre mas fuerte de lo que hubiera imaginado.
-¡no pretendassss que te importoooo!... tuu me lo, me lo dijissssste ayer, sssssolooo soy un simple amigo para tiii—decía mientras iba acercándose a mi con cara de tristeza, hubiera podido hacerme sentir mucho peor de no ser por que estaba ebrio. — ¿porqué no puedeeess querermeee?—dijo tomándome por ambos brazos y comenzando a estrujarme, mientras yo trataba de que me soltara, por que estaba apretando demasiado mis brazos. Nadie de los que estaban ahí presentes se acercó.
-¡hey! ¡Ustedes en que se meten!—escuché que gritó Jack soltándome repentinamente mientras otros brazos me llevaban hacia atrás.
-¿pero que te pasa?—escuché que decía la fuerte de voz de Vladimir y alcancé a ver como se acercaba a Jack y lo enfrentaba. Desde luego imponía más la figura de Vladimir que la de este último, pero Jack tenía toda la determinación de a la menor provocación atizar el primer puñetazo. Sabía que se ponía un poco mal cuando se le pasaban las copas, pero esta vez no era solo eso, en sus ojos se veía toda la ira contenida, que estaba segura quería desquitar con Vladimir; me acerqué a este y dije en voz baja que no le hiciera nada, se lo dije casi al oído, me hubiera sorprendido no recibir reclamo alguno por parte de mi ebrio amigo.
-¡Vaya Tam! ¡¿Haz encontrrrrado alguien mássss con quien juggggar?!—decía Jack nuevamente, mientras sus palabras sonaban distorsionadas por el alcohol que seguía ingiriendo. Ya casi no podía mantenerse en pie, se tambaleaba constantemente a causa del alcohol. Increíble, pero sus últimas palabras me dolieron mas de lo que me hubieran dolido en otro tiempo; me sentía mal nuevamente al no poder corresponder a sus sentimientos, sus palabras en verdad dolían, si ya bien dicen que cuando estas ebrio nunca mientes, antes no me hubiera importado, como solía ser, pero últimamente estaba demasiado sensible y aquello no ayudaba en nada. Al ver que no contestaba Vladimir se acercó a el y le dijo algo que al menos yo no pude escuchar, pero dejó a un Jack con una expresión de fiereza en su rostro y soltó un puñetazo al aire ya que Vladimir alcanzó a esquivarlo; siguió aventando golpes a diestra y siniestra, mismos que Vladimir lograba evitar hasta que Jack cayó al suelo. Las risas no se hicieron esperar y solo algunos de los chicos del equipo que se encontraban cerca de él como pudieron lo levantaron y se lo llevaron fuera de la habitación.
-¡Tam! ¿Estas bien?—preguntó Julissa llegando hasta a mi.
-… amm, si, bien—dije sacudiendo un poco mi cabeza quitando mi mirada de el lugar por donde habían salido los chicos. Vladimir aun se encontraba ahí cerca de mí y se giró hacia donde estaba yo con mis amigas.
-Creo que será mejor que nos vayamos, eso ha sido demasiado, como lo sentimos— dijo nuevamente Julissa mientras se giraba y gritaba a todos que la fiesta se había terminado; hubo reclamos pero al final conseguimos que todos se fueran, hasta que quedó la casa sola me di cuenta del desorden que había. Por el momento decidí no hacerle caso y fui a tumbarme en el sofá y entonces sentí que alguien mas se sentaba, giré un poco mi cabeza para ver de quien se trataba y fue una grata sorpresa. Vladimir se encontraba sentado a poca distancia mía, recargado en el sofá mirándome atentamente, le dediqué una sonrisa que luego se transformó en una mueca recordando todo lo que Jack le había dicho.
-gracias… por todo— comencé a decir – aquello no fue precisamente lo que quise que escucharas acerca de mi, es solo…—
-no hay de que, acerca de lo que el dijo, no me importa en absoluto, me gusta mas conocer a las personas que guiarme por comentarios de terceros— me dijo y entonces pude volver a darle una pequeña sonrisa, pero sentía poco a poco como las lágrimas comenzaban a luchar por salir y me obligué a voltear a otro lado, no me gustaría que el me viera llorar. Sentí mucho mas cerca su presencia y como su mano tomaba lentamente la mía y entonces volví a dirigir mi mirada a el. La expresión de su cara hizo que me quebrara por completo, dejando que aquellas inoportunas lágrimas brotaran y corrieran rápidamente por mis mejillas deslizándose hasta mi cuello.
-Llorar, es la mejor medicina— me decía mientras acariciaba tiernamente mi cabello con una mano y la que sostenía mi mano minutos atrás ahora se encontraba secando mis lágrimas, su toque hacía que por mi cuerpo corrieran pequeñas corrientes eléctricas.
-No se por que dijo eso, yo nunca le he dado motivos para que piense que entre nosotros puede haber mas que amistad, sobretodo la forma en que lo dijo enfrente de todos, hizo que me sintiera como la peor persona en el mundo— le dije. No sabía por que el estar con el me generaba tanta confianza por contarle todo eso. El no dijo nada y siguió escuchándome así en silencio, después de un rato me encontraba ya más tranquila y con mi cabeza recostada en su hombro mientras su brazo me rodeaba.

La puerta de la entrada se escuchó al abrirse y dar paso a las voces de mis padres. Enseguida escuché la exclamación de desconcierto de mi madre al ver el desorden que había; decidí por un minuto ignorarlos y seguir en la paz que estar con Vladimir me ofrecía, pero fue entonces que la bomba explotó y me obligué a volver a la realidad.
-¡¡Tamyra!!—gritó mi madre, apresurándose hacia la sala de estar en donde me encontraba, lo supe por el sonido que generaban sus tacones sobre el piso de la casa.
-¡¿me puedes decir que significa todo este desorden?!—me dijo cuando llegó con sus manos alrededor de la cintura y haciendo sonar un zapato con impaciencia en el piso. Inmediatamente me retiré de Vladimir, me puse de pie y me giré hacia mi madre, quien ahora se encontraba con una mirada que podía definir como una mezcla de enojo y a la vez un poco de sorpresa y escepticismo, ya que tenía una de sus cejas ligeramente elevada, lo que siempre me indicaba su estado. Ignorando a mí acompañante dirigió su mirada nuevamente hacia mí frunciendo el ceño, esperando por una respuesta. — ¡Te dijimos que nada de fiestas!, que acaso no tuviste suficiente con lo que pasó la vez anterior que se te ocurrió hacer una de tus “fiestecitas”—dijo haciendo énfasis en la palabra fiestecitas con un gesto de entrecomillado con sus manos. Definitivamente no quería recordar lo que había pasado, no era algo que me hubiera gustado contar a nadie y mucho menos a Vladimir, esperaba que no hiciera preguntas después de aquello.
-yo no quería… ellos simplemente llegaron y…— comencé a decir.
-y no pude sacarlos de aquí—me interrumpió mi madre tratando de imitar el sonido de mi voz.
–sabemos esa excusa de memoria Tamyra, lo mismo dijiste la vez anterior, ¿acaso pretendes que perdamos la poca confianza que aun nos queda en ti?, ¿eso es lo que quieres?—me preguntó mientras mi padre estaba expectante sobre el lugar donde comenzaba la sala, con los brazos cruzados y con un pequeño ceño fruncido. Lo miré y no vi en absoluto la comprensión que esperaba pudiera haber aun.
-no… pero tu no entiendes, ¡no estabas aquí!; ¡sigues culpándome por algo en lo que yo no tuve nada que ver!—dije comenzando a gritar perdiendo el control.
-¡claro que tuviste que ver!; dime ¿acaso no estabas con ellos? ¡Responde Tamyra!—
-¡pues si pero...!—
-pero nada, es lo que pasó y ahora no puedes remediarlo, ¿qué tal si en esta “fiestecilla” hubiera ocurrido lo mismo? Dime, ¿qué habrías hecho?—dijo mi padre decidiéndose a entrar finalmente en el lugar de la disputa.
-¡pero no pasó!; no pasó nada malo, estuvo todo controlado, no hubo nada que lamentar—dije rápidamente mirando intercaladamente a uno y a otro. Sin dar tiempo a que me recriminaran nada más me dirigí rápidamente hacia la puerta principal, la abrí bruscamente y salí. Escuché muchos pasos siguiéndome y el grito de mi madre.
-Tamyra—fue la voz de Vladimir la que me había llamado con tranquilidad haciendo que detuviera mi camino. Se acercó rápidamente y se puso frente a mí, tomó mi barbilla suavemente obligándome a mirarlo, las lágrimas seguían corriendo por mis mejillas. Me aventé a sus brazos y en su pecho susurré…
-Sácame de aquí, por favor, por favor—le dije. Casi sonó como una súplica, pero en verdad quería no quería estar ahí.
-¡Tamyra!—escuché que mi madre gritaba sobre el marco de la puerta. Giré mi cabeza un poco y vi como mi padre se acercaba a ella y le decía algo; pude leer sus labios y supe que le susurró un “es él, tranquila” y la cara de mi madre adquiría una expresión de miedo, no dijo nada mas y entonces Vladimir comenzó a guiarme hacia un auto que se encontraba a unos cuantos metros de mi casa. Abrió la puerta para mí y subí sin prestar mucha atención.
-Pensé que no tenías auto—dije tratando de enfocar mi atención en otra cosa.
-oh ¿esto?; es de mi hermano, o ¿te gustó más la motocicleta?—dijo en respuesta.
-no, es un auto muy lindo, creo que definitivamente me gusta más que la motocicleta—volví a decir recordando que ese mismo día había subido a la motocicleta con él y era una experiencia que en definitiva me gustaría volver a sentir y alcancé a distinguir como se formaba una pequeña sonrisa en sus labios, que claro trató de disimular.

Mientras iba conduciendo a una velocidad que yo consideré como un poco baja, llevaba una mano al volante y la otra en la palanca de velocidades; cada ciertos segundos me miraba pero en absoluto silencio. Yo me encontraba en el asiento del copiloto mirando fijamente hacia el camino, pero de reojo podía verlo claramente y sentía su mirada sobre mí.
-¿te importaría si vamos por un café?; después de todo creo que te debo una cita—le dije ya que sentía que ese silencio me mataba, también estaba bastante apenada por el espectáculo que había tenido que presenciar en mi casa. Ya me había calmado y de mis ojos ya no brotaba ni una lágrima pero en cambio los sentía pesados y estaba segura no eran por sueño.
-Por mi está perfecto. ¿Algún lugar en especial?—preguntó.
-Hay un café cerca de aquí, es un lugar muy tranquilo y el café es delicioso—dije. Él solo asintió y rápidamente aumentó la velocidad del auto. Llegamos en lo que me parecieron segundos, demasiado rápido comparado a la velocidad a la que íbamos antes. Yo aún me encontraba un poco ida cuando Vladimir llegó hasta la puerta del copiloto, la abrió y me tendió una mano para que bajara; la tomé con gusto y bajé del auto.
El lugar era un lugar bastante tranquilo, desde la entrada podía percibirse el exquisito aroma de café recién hecho. Había poca gente ya que era un poco tarde, pasaban de las diez de las noche; así es que nos situamos en un lugar donde la luz era perfecta para una sostener una plática bastante amena, era una pequeña sala de estar con un par de pufs y una mesa de entre ellos. Ya había ido en ocasiones anteriores con Julissa y Aline cuando deseábamos un momento de paz o bien para una larga, pero en verdad larga plática de chicas con un rico café haciéndonos compañía; me había quedado en aquél lugar alrededor de cuatro horas charlando con ellas, mientras por nuestras manos desfilaban varios estilos de tazas.
El camarero llegó ofreciéndonos la carta, cosa que yo no necesité por que sabía exactamente lo que quería tomar.
-Un frapuccino mocca con doble porción de chocolate, mucha crema y una gran cereza—me dijo mientras anotaba algo en su bloc de pedidos.
-Exactamente, gracias—dije dándole una pequeña sonrisa mientras Vladimir se veía muy serio pensando lo que quería pedir.
-Creo que yo tomaré un capuccino por favor—dijo Vladimir extendiendo el menú hasta el camarero dándole una rápida mirada y volviéndose hacia mi. El chico se fue y entonces volvimos a quedarnos solos, así es que decidí comenzar por atar los cabos que mis padres se habían encargado en dejar sueltos.
-Fue hace poco más de año y medio. Llegaron a mi casa de improviso, con todo lo necesario para hacer una fiesta ¿cómo podría decirles que no cuando ya se encontraban ahí?—le dije.
-entiendo, pero algo bastante malo tuvo que pasar para que tus padres se hayan puesto de esa manera o ¿me equivoco?—me dijo el, prestándome la máxima atención que alguien podía llegar a aparentar y entonces proseguí:
-Cierto. Durante lo que duró la fiesta, todo estuvo muy bien, pero como siempre alguien tiene que arruinarlo todo. En realidad todo pasó demasiado rápido—comencé a contarle. Vinieron a mi mente las imágenes de aquél día y también volvió la impotencia de no haber hecho absolutamente nada. –Sobre la escalera estaban teniendo una pelea, ambos completamente ebrios y sin conciencia de nada. Solo se que comencé a escuchar los gritos y bitores de las personas que estaban cerca de ellos—fui interrumpida por el camarero que llegó con nuestro pedido, mientras colocaba los cafés sobre la mesita yo estaba con la mirada perdida en un punto lejano mientras trataba de contar lo sucedido.
-Gracias—escuché que Vladimir le dijo al joven, yo solo lo miré un poco y sonreí de lado, después de esto se fue y el atractivo chico frente a mi volvía a mirarme tan fijamente que me intimidaba.
-Traté de ir hacia ellos lo más rápido que pude entre todo aquel alboroto de gente, pero cuando ya me encontraba a mitad de la escalera pude ver que uno de aquellos chicos caía de espaldas por el balcón que une las escaleras a las habitaciones—dije finalmente, sentí un estremecimiento y creo que el pudo notarlo.
-acaso… ¿murió?—preguntó un tanto desconcertado.
-no, pero creo que él lo hubiera preferido—
-entonces…—
-Llamamos de emergencia a una ambulancia obviamente, por que no respondía a nuestros llamados, estaba como… muerto. Te imaginarás el tremendo susto que nos llevamos, pero no todos quisieron afrontarlo; la gran mayoría de los que estaban ahí nos dejaron solo a Jack, Julissa, Aline, a otro chico del equipo y a mi, a cargo del asunto. Desde el hospital telefoneé a mis padres completamente muerta de miedo, pero tuve que hacerlo, ya que el “incidente” había ocurrido en nuestra casa—hice una pequeña pausa para tomar de mi café, mientras que el de Vladimir seguía completo.
-Me imagino el miedo que debiste sentir—me dijo.
-Fue… fue… ¡tan frustrante!; estuve ahí y… ¡no pude hacer nada! No dejo de sentirme culpable de la vida que el chico lleva ahora. Desde ese día se encuentra atado a una condenada silla de ruedas; dejó la escuela, y hasta la fecha no ha querido ver a nadie y sus motivos son, creo yo, muy válidos—
-entonces, tampoco has hablado con él ¿cierto?—preguntó
-no… bueno si… no en persona; he estado en contacto con el por medio de emails y por chat, pero aun no me atrevo a verlo de frente; aunque el me diga que no se negaría a verme, no tengo el suficiente valor aún—
-entonces, el solo accedería a verte a ti pero ¿porqué? ¿Eran muy buenos amigos o algo por el estilo?—me preguntó nuevamente, notándolo mas interesado que hace unos instantes mientras tomaba su café dispuesto a darle un sorbo.
-amm… algo por el estilo, fuimos… novios—dije rápidamente mientras tomaba apresuradamente de mi frapuccino y volteaba tímidamente a ver la expresión de su rostro. Casi escupe el poco café que había tomado hasta ahora, pero supo controlarse, definitivamente aquello no era algo que hubiera relacionado con lo que hasta ahora él sabía de la historia. –oh, ya es un poco tarde creo que será mejor irnos ¿qué dices?—le pregunté mirando mi reloj.
-claro, claro…— se puso de pie un tanto nervioso, o acaso era ¿incomodidad? Me tendió una mano, ya que estaba tan abajo en esos pufs que no me creía ni yo misma capaz de levantarme.

Nos acercamos a la caja y antes de que me diera cuenta Vladimir había pagado todo y me conducía hasta la entrada. La fuerte brisa se coló por la puerta cuando la abrimos, pero era una brisa realmente cálida, una típica brisa veraniega que lograba reconfortarte.
Cuando subimos al auto, me sentía extrañamente bien, e incluso sentía un pequeño deja vú, ya que la escena en aquél instante no sabía por qué pero era muy familiar.
Arrancó el auto e íbamos a una velocidad demasiado prudente, por no decir demasiado lento; pero para mi mejor, así tendría un poco más de tiempo para disfrutar de su compañía. Como un gran golpe, repentinamente llegó a mí el sueño que había tenido, con el que yo suponía era un antepasado y la extraña chica idéntica a mi, era tanta mi curiosidad que traté de preguntarle.
-Gracias… por escucharme y lograr distraerme—le dije unos minutos después de que dejáramos el café.
-No hay de que, creo que soy realmente bueno en distraer a la gente—me respondió, pero una gran sonrisa resaltó en su cara, haciendo que yo me echara a reír. En verdad lo creía, siempre que estaba con el parecía que el mundo exterior desaparecía.
-ok, ¡y aquí tenemos al señor modestia en persona!—dije nuevamente divertida.
-¡hey!, si no me alago yo, ¿quién lo hará?—
-jajaja, cierto, pero… ¡vamos, no me vengas con que no hay nadie interesado en ti!; que eso en verdad no me lo creo—
-que te puedo decir, tal parece que les llego a dar un poco de miedo—me respondió nuevamente lanzándome una sonrisa con la que pude haberme hecho gelatina. Pero tenía que concentrarme en lo del sueño, necesitaba intentar saber el porque.
-ok, ok… ¿sabes?; tengo algo que quisiera preguntarte—comencé.
-de acuerdo, pero antes dime ¿te llevo a tu casa o a la de alguna de tus amigas?—
-¡oh! Cierto, pero creo que por hoy me quedaré en casa de mi tía Janett, ¿te molestaría llevarme? Está cerca de la entrada a la ciudad—
-en absoluto, estaré complacido de llevarla con bien hasta su casa señorita—dijo con un muy marcado acento inglés haciéndome reír nuevamente; mientras el también reía.

Seguíamos en camino hacia casa de mi tía, en silencio a momentos nos mirábamos y sonreíamos tímidamente y volví a recordar lo que en verdad tenía que preguntarle, así es que decidida a no distraerme más me giré un poco en mi asiento y me aclaré la garganta.
-Yo tenía algo que decirte, bueno, mejor dicho de preguntarte—comencé. El giró un poco su cabeza hacia y me respondió.
-claro, ¿de qué se trata?—
-Creo que he soñado con un antepasado tuyo—dije. Vladimir se puso completamente tenso apretando mucho mas el volante del auto, ya que sus nudillos ahora se veían blancos por la presión y la línea de su mandíbula se veía como si estuviera presionando muy fuerte.
-¿un antepasado?—me preguntó con voz un poco tensa.
-no lo sé, lo supuse por que en verdad se parecía muchísimo a ti; lo he soñado un par de veces junto con una chica que es idéntica a mi es algo que me dio un poco de miedo. ¿Sabes del algún familiar al que te parezcas mucho?—
-mmm… no que yo sepa, pero quizás seguramente hubo alguno, ¿en el sueño viste su nombre o algo?—
-… si. Recuerdo que ella se llamaba Analise y el… mmm—dije intentando recordar. —el se llamaba… Fedric, Fedric Douglas, por eso supuse sería alguien de tu familia—terminé. Vladimir se puso pálido y tuvo que aclararse un poco la garganta pero me sonrió un poco.
-se que esto es raro, pero necesitaba preguntártelo, desgraciadamente la última vez que lo he soñado, las cosas no terminaron muy bien—dije nuevamente haciendo una pequeña mueca de dolor.
-¿a qué te refieres?—preguntó bajando un poco más la velocidad.
-Bueno, creo que los estaban persiguiendo o algo, por que ambos se separaron y se fueron por caminos diferentes. A él lo acorraló otro sujeto y le dijo cosas que en verdad no sé que intención tendrían; después lo atravesó con un espada y lo dejó ahí en el suelo desangrándose, justo ahí desperté—
Cuando terminé de decirle aquello, Vladimir seguía muy tenso, se había puesto completamente recto en su asiento, por que su espalda ni siquiera estaba completamente recargada. Me sentí un poco mal, aquella incomodidad era debido a lo que le había contado pero ¿porqué?; creo que eso no era de mi incumbencia así es que mejor ya no comenté nada acerca del sueño. Miré hacia fuera por la ventana y pude ver a corta distancia la casa de mi tía.
—Ahí es, es esa que tiene el gran pino—le dije. El se giró un poco hacia mi y me sonrió.
Cuando llegamos a la casa detuvo el auto, se bajó de él y justo cuando iba a abrir mi puerta, el ya la había abierto y me tendía una mano para salir del auto; la acepté tímidamente y me acompañó hasta la entrada.
—De nuevo, muchas gracias por lo de hoy, después de aquello me hizo mucho bien estar contigo—
—Cuando me necesites, sólo llama y estaré contigo—me dijo sonriendo. Sentí en mi interior las mariposas revoloteando; esas que tanta gente dice sentir cuando está enamorado.
—Entonces tendrás que darme un número, así sabré a donde llamar—dije tratando de usar una de mis tantas técnicas de coqueteo mientras sacaba mi teléfono móvil. Riendo me dio el número de su celular; lo guardé y volví a meter el teléfono en el bolsillo de mi pantalón. Nos quedamos sin decir nada por unos segundos, sin la más mínima intención de despedirnos.
—Creo que debes entrar—me dijo simulando un susurro. Entonces me acerqué un poco a él y haciendo lo mismo le dije:
—Odio que tengas razón—sonreí, el hizo lo mismo. —Pero antes tengo otra cosa que darte—dije.
— ¿a si?, ¿de que se trata?—me preguntó un poco intrigado.
—Es algo que quedó inconcluso—respondí mientras me iba acercando poco a poco a el.
Vladimir seguía en su lugar sin moverse; levanté un poco mis manos hasta alcanzar su cara, fue entonces cuando él se agacho un poco y acercó su cara hacia mí. Impaciente me acerqué más rápidamente a él y junté mis labios a los suyos; al principio sus labios permanecieron sin movimiento, segundos después ya se encontraban correspondiendo a mi beso, con un poco de desesperación. Nuestros labios se movían a un ritmo lento pero dulce, sentía como todo a mí alrededor desaparecía y en ese instante me encontraba flotando sobre las nubes, con él como mi única compañía. Se acercó más hacia mí y entonces pude pasar mis brazos alrededor de su cuello, mientras una de sus manos sujetaba mi cintura y la otra la mantenía sobre mi cuello. La falta de aire nos obligó a alejar nuestras caras un poco, con la respiración agitada pero sin separarnos más de lo necesario; sus ojos brillaban y en su cara había una gran sonrisa y debí suponer que en la mía había lo mismo. Ese beso había sido mejor de lo que me pude haber imaginado, sus labios eran suaves y sabían increíblemente bien, sentí que podía besarlos por siempre sin cansarme ni por un segundo; quería sentir nuevamente esa sensación sin lugar a dudas. Nuevamente me acerqué a él, pero antes de que yo lo alcanzara me atrajo hacia él y me besó nuevamente; mis piernas temblaron y me obligué a sostenerme mas fuerte de su cuello, correspondiendo totalmente a aquello.

El sonido de la puerta de la casa abriéndose me hizo volver a la realidad; creí morir cuando tuve que separarme de el nuevamente, soltando su cuello me hice hacia atrás con una enorme sonrisa en mi rostro, él me soltó justo cuando mi tía asomaba su cabeza por hueco de la puerta y al verme la abrió por completo.
— ¡Tamyra!—dijo saliendo de la casa corriendo para abrazarme. –que bueno que llegas, tu madre llamó y dijo que tal vez vendrías, estaba comenzando a preocuparme—

Mi tía Janett era una de las mejores personas que pudiera haber conocido, mi gran confidente en muchísimas ocasiones; era como una segunda madre para mí, ya que ella siempre se encontraba dispuesta a ayudarme y escucharme cuando lo necesitaba. Era joven, de no más de 30 años; siempre pensaban que éramos hermanas o algo por el estilo. Había que reconocer que era bastante guapa con sus grandes ojos marrones y pestañas largas, su cabello igualmente largo, castaño y lacio, poseedora de un muy buen cuerpo; mi tía podía tener a cualquier hombre que ella quisiera, cuando lo quisiera; desgraciadamente era viuda y no tenía que yo supiera, planes para rehacer su vida sentimental ni nada.
Se separó de mí y vio a mi acompañante con una extraña expresión en su rostro, una que no le había visto jamás. Le saludó con un simple “hola” y se giró nuevamente hacia mí.
—Será mejor que entres Tamy, se está haciendo tarde—me dijo con cariño.
—Claro tía en un segundo ya entro—
—…será mejor que le hagas caso, puedo pasar mañana por ti si quieres—me dijo acercándose para tomar delicadamente mi mano.
—Me encantaría, ¿Qué te parece a las ocho?—pregunté.
—Perfecto, aquí estaré entonces—
—De acuerdo, entonces… ahora debo entrar y…—
Me vi interrumpida por él, ya que se acercó rápidamente y tomó mi cara entre sus manos y me volvió a besar. Fue un beso bastante rápido para mi gusto, pero con eso estuve conforme por hoy. Me fui alejando poco a poco de él sin soltar su mano; ya estando un poco más lejos me vi obligada a soltarlo para entrar en la casa mientras Vladimir me miraba como si nunca quisiera dejarme ir; yo tampoco quería que lo hiciera pero tenia que obedecer. Dándole una última sonrisa entré a la casa, cerré la puerta tras de mí y me recargué en ella con una enorme sonrisa, llevándome una mano hacia mis labios, guardando en mi memoria aquellos últimos momentos. Definitivamente mañana sería otro día, y esperaba que fuera si quiera la mitad de bueno que los últimos minutos de éste.

justify;">~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Siento mucho la demora!!


Este es el cap más largo que he hecho!, es una pequeña compensación por el tiempo jeje =). Espero y haya sido de su agrado.. déjamelo saber con un comment vale? =D


Que esten bien!


ciaO!

noviembre 11, 2009

Un favor...



Hola!!

Pues bueno chic@s me gustaría tener alguien que me ayudara con mi historia, la verdad creo que necesita correciones (o k opinan ustedes? :P) me gustaría contar una persona que me ayude en mi redacción y esas cosas.

Si a alguien le gustaría ayudarme por favor digame: madisson_westt.hp@hotmail.co.uk, ya que me gustaría mejorar para que pudieran disfrutar de una historia buena hehe xD

Otra cosa, gracias a las chicas que me han dado premios!, en verdad significan mucho para mi, no los he publicado por que creo que blogger tiene un complot en mi contra y en varias imágenes me marca errores ¬¬ y tengo que hacer circo, maroma y teatro para poder publicarlas =/ ... pero les prometo que los publicare! son importantes para mi =)

Bueno, pues creo que por ahora es todo si alguien tiene un alma caritativa xD y se ofrece a apoyarme estaré encantada =D

Que esten bien!!

ciaO!!

NOTA: Pronto estará listo el capítulo VII de SignamentuM... me falta ya muy poco. Siento mucho el retraso!! U.U

noviembre 06, 2009

Los Secretos del Sex Appeal

Hola!!

wOw! mucho tiempo desaparecida!, sorry u.u ... pero para no dejar el blog en el vil olvido les he traido algo que me ha parecido muy interesante... ¿te gustaría saber que es lo que le atrae al sexo opuesto? pues les he traido el post indicado xD... espero les guste a mi me encanto y estoy de acuerdo en muchas cosas hehe xD... disfrútenlo! =D


LOS SECRETOS DEL SEX APPEAL:

¿Cuáles son las razones que hacen que una persona nos atraiga física y/o sexualmente?


* “No sé por qué, pero me gusta” es una frase que muchas veces se escucha decir cuando alguien pregunta: “pero… ¿qué le viste a fulano/a?”. Pareciera que no hay razón, ni argumento válido para explicar qué tiene esa determinada persona que nos ocupa el pensamiento día y noche, que provoca ese no-sé-qué en la panza.

Las no-razones parecen más difíciles de justificar en el caso de amores no correspondidos. En esos azares, sólo quedan las tristes preguntas retóricas, como por ejemplo: ¿por qué me gusto ese que ni me mira en vez de desear a aquel otro que muere por mí y no me hace sufrir?

Sin embargo, esta aparente arbitrariedad a la hora de elegir pareja puede que quede en el olvido. La atracción podría explicarse por medio de factores de índole inconsciente sobre los cuales, claro, no tenemos control. Sonidos, olores y secreciones serían algunos de los elementos que juegan un papel muy importante a la hora de la seducción.

Por ejemplo, que los hombres segregan una hormona llamada androstenona que repele a las mujeres que no están ovulando, mientras ellas hacen lo suyo con una secreción natural, para que los varones las vean sexy.

Sex appeal

No hay hipótesis totalmente confirmadas, pero sí son conocidas muchas características que hacen que una persona resulte atractiva física o sexualmente.

Para aquellos que no son considerados tan lindos (de acuerdo a los cánones vigentes) no todo está perdido. El olor y los sonidos resultan indispensables para alcanzar un grado mayor de sex appeal.

Según un estudio de la Universidad Charles de Praga, el olor de las mujeres puede hacerlas más o menos atractivas para los hombres de acuerdo al momento del mes en que se encuentran.

Además, una investigación de la Universidad británica de St. Andrews, indica que cuando las mujeres se encuentran en su período más fértil eligen hombres con tonos de voz graves, ya que son considerados como indicadores de buena salud y mayores posibilidades de éxito reproductivo.

En su fase menos fértil, por el contrario, los investigadores dijeron que las mujeres se inclinan por voces más agudas, una señal de hombres cariñosos y dispuestos a una relación de largo plazo.

Simetría y evolución

Por otro lado, hay otra cuestión que influye en los juegos de seducción. Y es que el cerebro no sólo prefiere las caras simétricas sino también los cuerpos, al menos esa es la conclusión de un estudio realizado por científicos británicos, publicada en la revista Proceedings of National Academy of Science (PNAS).

Con Darwin a la cabeza, la razón se halla en que un cuerpo armónico indica que es más sano, lo que se traduce en un mayor potencial reproductivo, en una mejor “calidad genética” y en una mayor capacidad competitiva frente a los demás.

En base a esta idea, se realizó un experimento. El equipo de psicología evolutiva de la Universidad Británica de Brunel (en Reino Unido) creó imágenes tridimensionales de los cuerpos de 40 hombres y 37 mujeres de 21 años, les eliminaron el color de piel y de cabello para evitar prejuicios y los midieron milimétricamente. Después, 87 jóvenes los calificaron. La conclusión fue clara: aquellos que tenían cuerpos simétricos también poseían mayor sex appeal.

Piernas largas, cintura pequeña y pechos y caderas grandes. Así son los rasgos físicos que los investigadores creen que se perciben como un mayor índice de fecundidad en las mujeres. En los hombres, piernas fuertes, torso grande y hombros anchos.

La justificación de estos resultados también parece encontrarse en la teoría de la evolución: “Los rasgos de fortaleza sugieren mayor capacidad de competitividad y más posibilidades de supervivencia que los de debilidad”, explicó Facundo Manes, director de INECO (Instituto de Neurología Cognitiva) y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro.

Nada de modas, todo biológico. Así que, si seguimos estos estudios, la simetría corporal está relacionada con la atracción sexual humana.

¿Es una cuestión de actitud?

Aunque hay otros científicos que se paran lejos de estas teorías. Un equipo de científicos y psicólogos británicos de las universidades de Aberdeen, Durham y Saint Andrews, consideran que no hay nada mejor que ir al grano.

Según estos científicos, el éxito a la hora de conquistar a un hombre o a una mujer radica más en la determinación que en la belleza.

"Investigaciones anteriores han enfatizado la importancia de ciertas características físicas como por ejemplo la simetría facial o el tono de voz. Sin embargo, este estudio demuestra que la capacidad de atracción de un ser humano no es tan sencilla como en un principio parecía. No depende de una piel sin defectos o de unos rasgos simétricos, sino que se trata de un proceso mucho más complejo", explicó Ben Jones, coautor del estudio, basado en encuestas a hombres y mujeres.

Los científicos hablaron con 230 hombres y mujeres para explorar qué papel desempeñaban distintos factores en la atracción sexual o emocional por el otro sexo. Las conclusiones arrojadas fueron que las facciones de la persona que quiere seducir son menos relevantes que su sonrisa, su capacidad para mirar a la otra persona a los ojos o sus arrestos para decirle con naturalidad que le gusta mucho.
Según Jones, nuestro cerebro combina datos sobre la belleza física de los demás con la atracción que parecen mostrar por nosotros: "Se trata de distribuir nuestros esfuerzos sociales de un modo inteligente".

información sacada de http://www.psicofxp.com/articulos/amor-pareja/840419-los-secretos-del-sex-appeal.html


¿que tal? =)

ciaO!