agosto 06, 2009

Cap I "El Comienzo"

Hola!!

Pues como dije ayer estoy escribiendo una historia y hoy aqui dejo el primer cap... cualquier comentario es bien recibido!.. se valen jitomatazos, lechugazos y cualquier tipo de verdura hahaha xD... aquí está:

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Capitulo 1 "El Comienzo"
La cafetería estaba atestada de estudiantes, pero al momento de entrar, como siempre, todas las miradas se dirigieron hacia mis dos amigas y a mi, Tamyra Fontage, presidenta escolar, líder del equipo de porristas, reina del baile de primavera y por consiguiente la mas popular de la escuela.

Al llegar a la fila para el almuerzo, como de costumbre varios chicos nos cedieron su lugar en la fila, yo tomé una ensalada y una botellita de agua y nos fuimos hasta nuestra mesa donde ya nos esperaban los muchachos del equipo, nos sentamos y comenzamos a comer.

--Entonces… es cierto?—Preguntó Julisa a los chicos.

--Cierto que?—pregunté desconcertada.

--Pues que llegó un chico nuevo… y según dicen esta muuuuy lindo—me respondió Julissa con una mirada pícara.

--No te sabría decir si es lindo, pero efectivamente, es nuevo—dijo Jack, él era el sueño de la mayoría de las chicas en la escuela, no para mi claro estaba, ya que llevaba cortejándome desde 5to grado, pero para mi solo era un buen amigo y nada mas.

--¿Y que tiene de especial un chico nuevo?, después de unos días será justo como los demás…-- dije restándole importancia al asunto y descubrí que nadie me había escuchado por que se encontraban mirando hacia la entrada de la cafetería por donde acababa de entrar un muchacho alto, de piel blanca y se podría decir pálido, su cabello era lacio y oscuro, y una parte de el le tapaba su frente, muy, pero muy lindo y de unos ojos color verde intenso que podrían hipnotizar a quien los viera. Caminaba con mucha seguridad, nada típico en un estudiante nuevo; mientras caminaba arrancaba varios suspiros de parte de las chicas ganándose miradas ceñudas por parte de los hombres. Tratando de ser indiferente me volteé y seguí comiendo mi ensalada sin prestarle la mas mínima atención, sentí su intensa mirada cuando pasó por nuestra mesa, pero seguí comiendo sin inmutarme, unos segundos después todos volvieron a sus “asuntos”, pero el tema de lo que restaba del día sería el chico nuevo; minutos más tarde me percaté de que se había sentado en una mesa casi a un lado de la nuestra.

--No deja de mirarte Tam—dijo Julissa.

--¿Quién?—pregunté nuevamente fingiendo indiferencia.

--El chico nuevo, obvio—me respondió Aline soltando una risilla, haciéndome sonreír a mi también.



El descanso terminó y muy a nuestro pesar tuvimos que regresar a las restantes clases, la siguiente era matemáticas, una auténtica pesadilla, no por que no me gustaran ni nada, sabia de eso, pero la profesora es una desgraciada que solo quiere hacerte la vida miserable. Entramos en el aula y lo vi… sentado en el asiento que se encontraba junto al mío; nuestras miradas se encontraron y casi sentí mis piernas flaquear, Dios! Era realmente guapo!, entonces alguien dijo mi nombre y desvié mi mirada hacia Julissa que se acercó a mi oído y susurró: -- Esta en mi asiento—dijo entre molesta y divertida, yo sonreí tratando de restarle importancia al asunto.

--Todos a sentarse… vamos, vamos!—demandó la señora Strite, una mujer de unos 60 años, estatura media, cabello rojizo y con cara de pocos amigos. Llamándonos la atención para entrar a clase y me fui hasta mi lugar. La clase pasaba sin pena ni gloria, pero no podía concentrarme, volteaba hacia el frente y los números escritos en la pizarra se mezclaban unos con otros, mi vista se nublaba y no pude lograr comprender absolutamente nada; finalmente la clase terminó y yo me sentía aturdida y mareada, al levantarme de mi lugar perdí un poco el equilibrio y choqué contra alguien, giré y me di cuenta de quien era, él.



--Oh… lo siento—dije tratando de sostenerme en pie.

--No hay problema pero… ¿te encuentras bien?—preguntó sosteniéndome del brazo. Su toque era delicado, suave pero a la ver firme, y su voz… oh Dios su voz era increíblemente sexy; en sus ojos había preocupación y… acaso era tristeza?. Sintiéndome un poco mejor desvié mi mirada y sutilmente me solté de su agarre.

--Si gracias m...—dije dudosa.

--Vladimir—respondió.

--Bueno, gracias Vladimir… amm… tengo que ir a clases—dije saliendo del aula, sintiendo su mirada sobre mi. Pero que diantres!, desde cuando era yo quien desviaba primero la mirada?, o desde cuando me ponía nerviosa en frente de un chico?... definitivamente desde hace mucho que no pasaba, y no comenzaría ahora, no señor.





Llegó la hora de la práctica de animadoras, junto a mis amigas Julissa y Aline salí a los campos a reunirnos con el resto del equipo.

--Bueno chicas, seguiremos practicando la misma rutina, el concurso es dentro de varias semanas y tiene que salir perfecto—dije muy en mi papel de capitana y comenzamos el ensayo. Regularmente eran buenos, pero hoy no me sentía del todo bien y estuve aliviada cuando llegó la hora de terminar.

--Creo que ha estado bien—dijo Julissa.

--Si, cada vez mejoramos más—dijo entusiasmada Aline. — A este paso nadie será un gran rival para nosotras--.

Yo solo asentía y trataba de sonreír, rehuyendo a sus miradas para ocultar mi malestar, volteé hacia las gradas y lo vi.; sentado en las gradas observándonos, acaso ¿había estado ahí todo el tiempo?. Mi mente y vista comenzaron a nublarse, lo último que sentí fue el golpe de mi cuerpo contra el suelo y después todo se volvió negro.

Me encontraba sola en un pequeño prado realmente hermoso, intenté ir hacia el árbol más cercano pero no podía moverme, entonces noté que mi respiración era agitada y podía sentir angustia, pero ¿angustia de que?.

Escuché estruendosos ruidos que provenían de un punto no muy lejano de donde yo me encontraba, se iban acercando rápidamente y entonces pude distinguir personas, muchas personas armadas e iban sobre mi; mi sentido común me dijo que corriera y así lo hice. Corría lo más rápido que mis piernas me permitían ir por ese sinuoso bosque, pero no era suficiente, casi los sentía sobre mis talones y me obligué a correr más fuerte. Las ramas que crecían a los lados de los árboles eran vilmente echadas a un lado para permitirme pasar, pero algunas de ellas dejaban marcas en mi cara y que yo sabia perfectamente el liquido rojo brotaría o brotaba ya de ellas, pero no les prestaba atención, quería salvarme y si salía bien librada de esta me preocuparía por las marcas mas tarde.

Me estaba quedando sin aire, mis piernas dolían y ya no podía correr más rápido, me paré impulsivamente al darme cuenta de que al frente un pedazo de tierra desaparecía, fui hasta la orilla y asomé mi cabeza hacia abajo, este era mi fin, los había logrado perder unos árboles mas atrás, pero sabía que no tardaría mucho en dar conmigo de nuevo, justo cuando terminé de pensar en esto comenzaron a salir de entre los árboles, acercándose a mi lentamente, como unas fieras acechando a su débil presa, di pequeños pasos hacia atrás cuidando de pisar correctamente, los tenia a unos diez pasos de mi y en el siguiente paso que di torpemente, mi pie resbaló y sin nada de donde agarrarme caí al inmenso vacío.

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